Ella
fue envejeciendo y ya no era la más bella, la más bella era su hijastra.
Enfadada, llamó al bondadoso y honrado cazador, le ordenó que matara a su bella
y buena hijastra. Se sorprendió mucho, y para no matar a la pobre chiquilla,
mató un jabalí y le sacó el corazón. Se lo entregó a Negrocorazón y ella se lo
comió. Blancanieves huyó y encontró un acogedor y colorido chalet. Negrocorazón
me preguntó lo de siempre y le respondí que aún no era la más bella. Ella,
frustrada se disfrazó e hizo una manzana venenosa. Fue a buscarla y la encontró
en la casa de los enanitos. Tocó la puerta y le dio la manzana. Ella se la
comió y murió. Los sietes fantásticos y majos enanitos la cuidaron y le
llevaron al cementerio. Al triste y oscuro cementerio. Una vez allí, llegó un
valiente y guapo soldado, le dio un beso y se casaron. ¿Pero
qué fue de Negrocorazón a la que no hemos vuelto a ver?
Jon Urzainki
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